viernes, 22 de febrero de 2013

Capitulo Uno: Había una vez…







Capitulo Uno: Había una vez…



24 de Diciembre del 2012, 22:30 hrs.
Argentina, Buenos Aires.


El nudo de nervios que había en el estómago de Mía se intensifico al ver por décima vez el reloj que colgaba en la pared de la pequeña pero acogedora sala de su departamento. Al parecer nadie, salvo su prima y mejor amiga, Valentina, se daba cuenta de lo que pasaba por la cabeza de la joven.
Valentina la miro de reojo, y al ver la cara de preocupación de Mía no dudo en tomarle la mano para darle fuerzas. Ella era la única que sabía de la beca, pues era un trámite que había empezado como un juego en el colegio al que juntas asistían, Mía sabía que no tendría chance de poder obtenerla ya que su ingles era muy básico –por no decir horrendo- la sorpresa se la llevaron, ambas, cuando la carta de aceptación llego a sus manos.
Mía suspiro y miro a Valen, esta le sonrío y le animo a hacer lo que estaba a punto de hacer, no se podía alargar más el asunto.

-A las doce prometo decir todo.-le susurro la joven preocupada a su mejor amiga, esta asintió.
-Si tal vez a las doce estén todos de mejor humor...-respondió Valentina mirando a sus familiares.

Mía se detuvo a ver la escena, una sensación de nostalgia le recorrió el cuerpo, ya había pasado por eso una vez, cuando tenía once años de edad, solamente que en esa época era demasiado pequeña para darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor.
Fijo su vista en sus abuelos, maternos, dos increíbles personas, un poco quisquillosas pero siempre dispuestos ayudar. Su tía, una increíble mujer a la cual siempre quiso como una segunda mamá, su primo… el hermano –varón- que nunca tuvo. Su hermana mayor quien cargaba a su perro, los dos han sido sus confidentes, de su hermana había aprendido mucho, para Mía su hermana era un ejemplo de vida. Por ultimo fijo su vista en su mamá, la mujer más valiente y luchadora que había conocido en su vida, una persona para admirar y crear un personaje con super poderes, porque para Mía su mamá era eso: una heroína.
Pronto la joven sintió como se le llenaban los ojos de lágrimas, las cuales disimulo con un gran bostezo para después refregarse los ojos.

Londres, Inglaterra.
25 de Diciembre del 2012, 01:30 am.

Niall miro detenidamente a su sobrina quien dormía plácidamente sobre el gran sillón que había en la sala de su moderno departamento. La pequeña sonreía entre sueños, algo que le causaba una profunda ternura a Niall. Su hermano le había dado un gran regalo hace ya cinco años, el poder tener a esa pequeña en su vida, su primera sobrina, eso lo llenaba de orgullo.
Su hermano se había ofrecido para llevar a sus padres a sus respectivas casas, Emma lo acompaño, después pasarían a buscar a Charlie, quien se había quedado dormida poco después de abrir sus regalos.
Niall suspiro, y se detuvo a pensar en todo lo que había logrado en tan pocos años, la banda su familia cada vez unida, brindándole apoyo. Sin dudas uno de sus deseos se estaba cumpliendo, para completarlo le falta encontrar a esa persona especial… o mágica como le habría dicho su pequeña sobrina.
Sonrió con ternura pues hablar con la menor, sin duda era uno de sus pasa tiempos favoritos, la niña tenía una gran imaginación e inteligencia, lo que hacía que las conversaciones –por más que fueran infantiles- eran muy entretenidas y hacían razonar a Niall.
Poso su vista en el reloj de su muñeca sin prestarle mucha atención, hasta que el <<tic-tac>> capto su total atención, pronto sintió un frío muy extraño, pues todas las ventanas estaban cerradas y la calefacción estaba prendida. Sin llevarle mucho el apunte fijo esta vez la vista en la foto que tenía arriba de la chimenea, la primer navidad de Charlie, Greg y Emma lucían espectaculares con unas sonrisas llenas de orgullo al igual que sus padres, el sostenía a la pequeña de tan solo dos meses de vida. Esa navidad fue una de sus favoritas, hacía tan solo cinco años atrás. Otra vez sintió ese frío recorrerle la espalda, Niall se movió incomodo de su asiento y fue a fijarse en su pequeña preferida que no tuviera frio, al verificar que todo estaba bien Niall se detuvo mirando fijamente el teléfono inalámbrico, desvió su mirada a su reloj pulsera y con un gusto amargo lo tomo para marcar el teléfono de su mamá.
-Hola.-se escuchó la voz de Maura del otro lado de la línea.
-¿Ya llegaste?-le preguntó su hijo con esa sensación de mal estar en su cuerpo.
-Sí, hace como unos 10 minutos,¿ ya se fue tu hermano?-pregunto su mamá.
-No, no han llegado todavía.-respondió finalmente Niall haciendo el cálculo rápido de cuanto se tarda el normalmente en ir a la casa de su madre.-supongo que habrá ido a dejar a papá primero.
-Qué raro, a papá lo dejaron antes de que me dejaran a mi.-luego de un momento en silencio continuó la madre.-voy a llamar a Emma a su celular, no deben tardar en llegar. ¿Charlie?
-Duerme.- el joven hizo una breve pausa.- Si, eso creo, hasta mañana mamá y feliz navidad.
-Hasta mañana cariño, cualquier cosa me comunico contigo.

25 de Diciembre del 2012, 00:15 hrs.
Argentina, Buenos Aires.

Los fuegos artificiales seguían alumbrando el cielo, hacía ya un poco más de quince minutos que habían comenzado con el espectáculo. Mía miro como su mamá observaba contenta aquel festín colorido del cielo, tomó aire. Con ella era con la primera que tenía que hablar, solo con ella. Le toco con cuidado el hombro y le pidió de favor poder entrar al departamento, Graciela, su mamá, accedió un tanto preocupada ante la expresión de su hija menor.
Adentro no había tanto ruido, así que Mía respiro profundo.
-¿Qué pasa?-preguntó su mamá ya preocupada. Firulais, su perro se escondió debajo de las piernas de Mía, su miedo por los fuegos artificiales era evidente.
Mía miro a su madre y saco de su bolsillo un sobre blanco y se lo entrego con cuidado. Graciela lo miro con recelo, sin entender.
-Ábrelo y léelo.-le pidió su hija.
Graciela lo abrió y su cara fue un poema, realmente no se lo esperaba.
-Pensé, pensé que había sido una broma.-dijo al recordar el día en que Mía le contaba riéndose la locura que había hecho durante la clase de computación, anotarse y hacer rápidamente un examen vía internet para la escuela de gastronomía en Londres.
-Yo también lo creía pero…-dijo Mía con casi un susurro de voz. Automáticamente Graciela la abrazo.
-¿Por esto has estado tan rara todo este tiempo?-le pregunto con su suave voz maternal. Mía asintió.- ¿Y bien, que piensas hacer?-le preguntó después de separarse.
-Como sabes…-Mía comenzó a hablar con la voz un poco ahogada.- papá no me piensa pagar la facultad… y….
-Es una gran oportunidad.-finalizo la madre ante la mirada de su hija.
-Quería hablarlo contigo antes, solo que no me atrevía.- ambas se quedaron en silencio meditado la situación.
-Hazlo.-sentencio la madre de pronto. Mía la miro sorprendida, nunca hubiese imaginado escuchar algo así de la boca de su mamá.- Hazlo, prueba… yo cometí muchos errores… las sobre protegí mucho a ti y a tu hermana, es tiempo que empiecen a volar. Y esta, cariño es tu oportunidad.- Mía asintió con lágrimas en  los ojos.-No puedo creerlo mi bebé se me ira a otro continente.-dijo Graciela rompiendo en llanto al abrazar a su hija.
Pronto el resto de la familia fue entrando y enterando de la nueva buena, reiteradas felicitaciones recibió Mía durante el resto de la velada.
-Quien te dice y en una de esas conoces por fin a los de One Direction y me dejas de romper la paciencia.- comentó divertida Valentina.
-No digas tonterías, Londres es enorme… nunca me los cruzaría.-le respondió Mía un poco más animada.

Londres, Inglaterra.
25 de Diciembre del 2012, 04:30 am.

Los hospitales nunca le habían gustado a Niall, siempre le habían parecido lugares fríos y tristes, justo como él se sentía en esos momentos. Observo a su alrededor, sus cuatro amigos habían ido a hacerle compañía apenas se enteraron de lo sucedido, se encontraban a su lado, en silencio respetando sus sentimientos. Sus padres y los de Emma lloraban desconsolados, tal vez el estaría llorando, no lo sabía pues no sentía nada… en su cabeza rondaba un solo pensamiento, Charlie, quien ajena a todo el dolor de a su alrededor dormía en los brazos de Liam Payne, uno de sus amigos.
Greg y Emma se habían ido de un momento para otro, y todo por culpa de un charco de lodo. Niall suspiró.
-¿Te harás cargo de ella?-se animó a preguntar Harry luego de un largo silencio. Niall asintió con la cabeza, eso era lo que le había pedido su hermano ¿no?
-Sabes que no estás solo, cuentas con nosotros.-esta vez el que hablo fue Louis. Niall volvió a asentir.
-Gracias.-fue la única palabra que pudo pronunciar. Sus cuatro amigos lo miraron con tristeza, pues nunca habían visto al pequeño “duende” así.

Escribimos esta carta con la esperanza de que nunca tengas que leerla, pero si ése es el caso... cuida de nuestra hija, Niall.
Nosotros sabemos lo abrumadora que debe parecerte esta responsabilidad. Sabemos que no te lo esperabas. Pero puedes hacerlo. Encontrarás la manera de salir adelante.
Sólo tienes amarla y lo demás vendrá solo…”
Te quieren, Emma y Greg.


El pedido era claro, la carta estaba hecha hace mucho tiempo, hace cinco años ya lo tenían previsto a él lo habían elegido. Y él, como hermano, como tío, lo haría se haría cargo de la pequeña.





Y bueno aquí está el primer capítulo, ¿Qué les pareció?  Dejen sus comentarios abajito J y recomienden la nove, les mando muchos cariños y abrazos y muchas letritas de amor jahwgqjdghqhjgtyqfwgdhhqhudhwjjhjhdwjhwjqdh <3
Nos leemos en el siguiente capítulo.
XOXO

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